capitulo cuatro

Capitulo 4

– Oye Sean ¿y tu desde cuando sabes todo esto? – el chico se giro hacia mi, habíamos estado andando por lo menos dos horas en silencio y necesitaba hablar

– si te digo la verdad, siempre lo he sabido; desde que era un crío

–  ¿tus padres también están...? – me calle no me gustaba tocar estos temas

– ¿muertos? si

– ¿y porque murieron?

– mis padres murieron asesinado por la Mpresa y según he descubierto los tuyos por un accidente de coche en el que el otro conductor se fue a la fuga. Lo que quieren es que estemos solos en el mundo, para que no tengamos a nadie y poder capturarnos facilmente.

– Entiendo, ¿y como sabes que son la Mpresa?

– porque son ellos los que nos quieren capturar – nos habíamos sentado a descansar a la sombra de un olivo – bien, ahora necesito tu ayuda, tenemos que encontrar al siguiente de los 12, simplemente haz lo que yo haga.

Saco de su mochila un medallón, el colgante estaba hecho de algo parecido al cristal pero que se notaba que no era. Lo puso en la hierba y paso la mano por encima.

– Piedra, ¿cual es el siguiente que tenemos que encontrar?

Y para mi sorpresa la piedra comenzó a hablar

– debéis ir a Egipto, no lo busquéis, simplemente andad

– h-ha ha-habla-blado... ¡la piedra ha hablado!

– Jajaja Si, este es nuestro guía, ahora cójelo de un lado y repite conmigo

– Vam Egip pedre queer

Y como la otra vez, ya no estábamos allí.

Egipto, en algún lugar del desierto

Estábamos en el lugar más caluroso que yo conozca, creo que en el desierto del Sahara. Mientras Sean le gritaba a la piedra, pero esta permanecía muda

– ¡¿a quien coño vamos a encontrar en el desierto?! ¡arrg! ¡Maldita piedra! – estaba muy cabreado, sobre todo por que apenas nos quedaba agua

– Sean, ¿y porque no nos teletransportas a algún sitio con gente?

– la teletransportacion es muy complicada y muchas veces falla o acabamos en un lugar peor y Además consume mucha energía, sobre todo si vas a un lugar donde no has estado y esta lejos, cuantos mas seamos mas fácil sera

– entonces ¿como ha sido tan fácil llegar hasta aquí?

– eso es por esta piedra, que no se que hará para hacerlo tan fácil, eso si ¡nos lleva a donde le sale! – la ultima parte se la grito al medallón – ¿y ahora que hacemos?

– andemos, es lo que dijo la piedra ¿no? Además, es mejor que quedarse aquí sentados

– vale, pero antes tienes que hacer un hechizo para hablar todos los idiomas.

Estuvimos andando algo así como una hora, hacia calor y nos moríamos de sed, yo me había quitado la camisa de cuadros y me había quedado en camiseta de tirantes y menos mal que llevaba pantalones cortos que si no... Sean de repente grito

– ¡Aquí! ¡aquí! – estaba haciendo señas con los brazos en dirección a algo, pero como veo mal de lejos no sabia a que o a quien se lo hacia.

Por fin vi a que le hacia las señas, había un coche todoterreno, estábamos salvados, justo cuando el todoterreno estaba a 4 metros el colgante dijo:

– es el chico que esta con ellos

Mire hacia el todoterreno, en efecto había un chico con ellos, fue el quien me tendió la mano para subir

– ¿que hacéis solos en esta zona del desierto? – dijo mientras me izaba

Yo enmudecí, pero Sean fue más rápido

– estábamos con un grupo y nos hemos perdido – ¿es cosa mía o eso lo he oído yo antes? Quizá en alguna serie de TV, no era a la única a la que no convencía a el chico tampoco pareció creerselo pero no dijo nada, simplemente le ayudo a subir a el también y nos sentamos. Me fije en el: tenia el pelo negro, unos ojos oscuros y pinta de atleta, a juzgar por la tableta de puro chocolate que se le marcaba debajo de la camiseta, y era guapo, pero simplemente no estaba interesada en el, pensando en esto me di cuenta de que ni Sean ni yo nos habíamos presentado

– yo soy Jess y este es Sean ¿y como te llamas tu?

– Yo soy Hakin, el que conduce se llama Atral y el otro Juan

– pues encantada Hakim – me acababa de acordar de algo – Hakim significaba gobernante ¿no es así?

– has acertado – obviamente le gustaba que conociese eso – no tenéis pinta de ser de por aquí ¿de donde sois?

Esta vez Sean fue quien contesto

– nos preguntas muchas cosas ¿no crees?

– si, lo siento, soy muy curioso – este chico tenia pinta de ser simpático, espero que se tomara bien lo de la magia cuando se lo dijéramos – oye ¿tenéis sitio donde quedaros? en mi casa hay sitio y solo os cobrare la comida Jajaja lo de la comida es broma

Sean y yo nos miramos, esa seria una buena ocasión para hacer decirle lo de la magia

– vale – a mi me sorprendía que nos acabáramos de conocer y ya nos ofrecía su casa, pero yo no era nadie para criticar, que me había ido con Sean a recorrer mundo a los dos días de conocerlo, así que estábamos hechos Hakim y yo unos confiados. Y el que se llamaba Juan así se lo dijo

– Hakim deberías fiarte menos de la gente que aparece en el desierto, podrían ser asesinos a sueldo o secuestradores, no os lo toméis a mal, chicos

¿Y como quería que nos lo tomáramos? Sean estaba a punto de soltar una pulla, pero le pegue una disimulada patada y se mordió la lengua, literalmente se la mordió

– ¡ay!

– perdona – no lo sentia

– jajaja – hakim se reía, yo ya había catalogado a Hakim por un chico alegre, me caía bien, Sean era encantador la mayoría del tiempo, pero tenia la ira fácil y eso no ayudaba ha... ¿a que narices no ayudaba? Solo dos palabras: malditas hormonas!! Sean le pregunto a Hakim

– ¿Y tu donde vives?

– en un pequeño pueblo cerca de aquí, creo que quedan 10 minutos de viaje.

– menos mal, y cuentanos ¿con quien vives?

– con mi hermana Jaspe, su marido y sus dos hijos; mis sobrinos. Uno de ellos tiene un año más que yo, pero que se le va ha hacer

– ¿cuantos años tiene tu hermana?

– 37, tuvo a su primer hijo con 24, el tiene 13

– entonces tu tienes 12 ¿no? – bien por mi diciendo cosas evidentes

– por poco tiempo, mañana es mi cumpleaños y el suyo.

– ¡Que bien! – sonrío, en el colegio haber hecho eso habría hecho que me miraran con caras raras, pero el simplemente sonrío, le devolví la sonrisa, me sentía bien.

Capitulo tres

Capitulo 3

Acababa de oír un ruido en el salón, mis padres y mi hermana habían ido al teatro para ver la exhibición de baile de una prima mía, yo como odiaba el ballet había decidido no ir seria un fastidio mortal. Pero ¿que había sido ese ruido? Cogí una raqueta de tenis que tenia y baje despacio las escaleras, me asome por el hueco de la escalera... ¡Había dos hombres en el salón! Estaban discutiendo
– ¡¿como que no sabias que no había nadie, pedazo de imbécil?! – dijo uno con bigote y una cicatriz en la mejilla
– ¡Al menos sabia que su familia si iba! – este tenia la cicatriz en la frente y tenia una cara para no querer encontrártelo en Hallowen
– ¡¿Y no pensaste que ella iría con ellos?!
– ¡podría habersete ocurrido a ti para variar! ¡ahora el jefe nos va a matar!
Los dos se callaron, yo intente escaparme para intentar salir por la ventana del baño, pero di con mi pie en el escalón, los dos matones me miraron
– ¡imbécil! – me dije a mi misma, salí corriendo hacia mi cuarto, prefería tirarme por la ventana y acabar en manos de esos tipos. Ellos me siguieron hasta la puerta de mi cuarto, que yo cerré, atranque y puse mi escritorio delante, pero viendo a esos tipos no tardarían mucho en abrir la puerta, anude mis sabanas para hacer una cuerda, ate un extremo a la cama y el resto lo tire por la ventana, me asome, de repente me acorde de una cosa ¡tenia vértigo! No podía bajar, me paralizaría, solo eran dos plantas pero tenia demasiado vértigo. Estaba desesperada por salir de hay pero no se me ocurría nada... alguien me toco el hombro, di un respingo, habrían entrado por la ventana sin que yo me diera cuenta, me gire lentamente y hay estaba...
– ¡SEAN! – ¿que hacia Sean allí? Daba igual nunca se había alegrado tanto de ver a ese chico de ojos azules
– no hay tiempo para explicaciones recoge las cosas imprescindibles en una mochila y nos iremos, asegurate coger ropa de mucho abrigo y para cuando hay mucho calor, estaremos fuera bastante tiempo.
Hice lo que Sean me había dicho, también cogí todo mi dinero y una libreta. Lop metí dentro de mi mochila
– Ya estoy
– Bien, ahora por favor no te asustes, te lo explicare todo cuando estemos a salvo – dicho esto se acerco a mi y me abrazo, me quede muy pillada, estaba a punto de decirle algo cuando empezó a brillar envolviendo todo lo que tocaba, incluyéndome a mi, dos segundos después ya no estábamos allí.

– ¡¿Que es lo que ha pasado?! – no entendía nada, antes estábamos en mi cuarto y ahora estábamos en la cabaña del bosque, no entendía nada, pero Sean estaba tan tranquilo sentado en una silla bebiendo algo.
– Si te sientas te lo explicare – dio a otro sorbo a su bebida y saco la silla que estaba a su lado. Me senté, el sonrío y empezó ha hablar
– Esos hombres son dos de los matones de la Mpresa...
– ¿la Mpresa? ¿no es esa la empresa que casi ha monopolizado el mercado de... todo?
– esa misma, su dueño Garean planea capturar a los 12 chicos con poderes...
Al ver que no entendía nada de lo que me estaba hablando comenzó con su explicación de nuevo.
– Es mejor que empiece desde el principio, hace muchos años había unos humanos que podían usar la magia, después conocieron ha otros humanos que no tenían esa capacidad, con el tiempo se erigieron sobre los que no tenían poderes y los convirtieron en sus esclavos, pero un poderoso mago se dio cuenta de que estaban obrando mal y intento hablar con sus congéneres, pero ellos no le hicieron caso, el que no se dio por vencido hizo un hechizo, quito la magia a todos los magos, tuvo que usar tanta energía que acabo con el pero antes de morir dijo una profecía: cuando el final este cerca 12 chicos jóvenes recuperaran la magia perdida y salvaran a la tierra de su destrucción.
– ¿fin del mundo? ¿te refieres ha lo de...?
– ¿2012? ¿quien crees que se lo dijo a los Mayas? Fueron los adivinos de los magos
– ¿entonces tu y yo somos dos de esos doce magos?
– Si y tenemos que encontrar a los demás antes del año que viene y seguramente estarán repartidos por todo el mundo – miro su reloj y dijo – ahora descansa mañana nos iremos temprano por la mañana... tu quedate con la cama y yo cojere la sabana y me pondré en el suelo.
– va-vale – me dio pena el suelo estaba frío y duro y yo estaría en una cama tan tranquila. Pero de todas formas me tumbe en la cama y el en el suelo
– buenas noches – dijo
– buenas noches – respondí