Capitulo 3
Acababa de oír un ruido en el salón, mis padres y mi hermana habían ido al teatro para ver la exhibición de baile de una prima mía, yo como odiaba el ballet había decidido no ir seria un fastidio mortal. Pero ¿que había sido ese ruido? Cogí una raqueta de tenis que tenia y baje despacio las escaleras, me asome por el hueco de la escalera... ¡Había dos hombres en el salón! Estaban discutiendo
– ¡¿como que no sabias que no había nadie, pedazo de imbécil?! – dijo uno con bigote y una cicatriz en la mejilla
– ¡Al menos sabia que su familia si iba! – este tenia la cicatriz en la frente y tenia una cara para no querer encontrártelo en Hallowen
– ¡¿Y no pensaste que ella iría con ellos?!
– ¡podría habersete ocurrido a ti para variar! ¡ahora el jefe nos va a matar!
Los dos se callaron, yo intente escaparme para intentar salir por la ventana del baño, pero di con mi pie en el escalón, los dos matones me miraron
– ¡imbécil! – me dije a mi misma, salí corriendo hacia mi cuarto, prefería tirarme por la ventana y acabar en manos de esos tipos. Ellos me siguieron hasta la puerta de mi cuarto, que yo cerré, atranque y puse mi escritorio delante, pero viendo a esos tipos no tardarían mucho en abrir la puerta, anude mis sabanas para hacer una cuerda, ate un extremo a la cama y el resto lo tire por la ventana, me asome, de repente me acorde de una cosa ¡tenia vértigo! No podía bajar, me paralizaría, solo eran dos plantas pero tenia demasiado vértigo. Estaba desesperada por salir de hay pero no se me ocurría nada... alguien me toco el hombro, di un respingo, habrían entrado por la ventana sin que yo me diera cuenta, me gire lentamente y hay estaba...
– ¡SEAN! – ¿que hacia Sean allí? Daba igual nunca se había alegrado tanto de ver a ese chico de ojos azules
– no hay tiempo para explicaciones recoge las cosas imprescindibles en una mochila y nos iremos, asegurate coger ropa de mucho abrigo y para cuando hay mucho calor, estaremos fuera bastante tiempo.
Hice lo que Sean me había dicho, también cogí todo mi dinero y una libreta. Lop metí dentro de mi mochila
– Ya estoy
– Bien, ahora por favor no te asustes, te lo explicare todo cuando estemos a salvo – dicho esto se acerco a mi y me abrazo, me quede muy pillada, estaba a punto de decirle algo cuando empezó a brillar envolviendo todo lo que tocaba, incluyéndome a mi, dos segundos después ya no estábamos allí.
– ¡¿Que es lo que ha pasado?! – no entendía nada, antes estábamos en mi cuarto y ahora estábamos en la cabaña del bosque, no entendía nada, pero Sean estaba tan tranquilo sentado en una silla bebiendo algo.
– Si te sientas te lo explicare – dio a otro sorbo a su bebida y saco la silla que estaba a su lado. Me senté, el sonrío y empezó ha hablar
– Esos hombres son dos de los matones de la Mpresa...
– ¿la Mpresa? ¿no es esa la empresa que casi ha monopolizado el mercado de... todo?
– esa misma, su dueño Garean planea capturar a los 12 chicos con poderes...
Al ver que no entendía nada de lo que me estaba hablando comenzó con su explicación de nuevo.
– Es mejor que empiece desde el principio, hace muchos años había unos humanos que podían usar la magia, después conocieron ha otros humanos que no tenían esa capacidad, con el tiempo se erigieron sobre los que no tenían poderes y los convirtieron en sus esclavos, pero un poderoso mago se dio cuenta de que estaban obrando mal y intento hablar con sus congéneres, pero ellos no le hicieron caso, el que no se dio por vencido hizo un hechizo, quito la magia a todos los magos, tuvo que usar tanta energía que acabo con el pero antes de morir dijo una profecía: cuando el final este cerca 12 chicos jóvenes recuperaran la magia perdida y salvaran a la tierra de su destrucción.
– ¿fin del mundo? ¿te refieres ha lo de...?
– ¿2012? ¿quien crees que se lo dijo a los Mayas? Fueron los adivinos de los magos
– ¿entonces tu y yo somos dos de esos doce magos?
– Si y tenemos que encontrar a los demás antes del año que viene y seguramente estarán repartidos por todo el mundo – miro su reloj y dijo – ahora descansa mañana nos iremos temprano por la mañana... tu quedate con la cama y yo cojere la sabana y me pondré en el suelo.
– va-vale – me dio pena el suelo estaba frío y duro y yo estaría en una cama tan tranquila. Pero de todas formas me tumbe en la cama y el en el suelo
– buenas noches – dijo
– buenas noches – respondí
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